La ruta transcurre por la Sierra de Cádiz entre
blancos pueblos y masas arbóreas donde sobresalen
los bosques de pinsapos, auténtica joya botánica
que sobrevivió a la última glaciación. En la Sierra
de Cádiz la áspera caliza de sus sierras se
transforma en cálida cal para pintar las casas de estos pueblos preciosos.
Otra de las joyas vivientes es el olivo, de cuyos
frutos, las aceitunas, sale uno de los aceites más
sobresalientes del mundo. Nos encontraremos con
una buena gastronomía y una magnífica artesanía.
Iniciamos
la ruta en un precioso pueblo blanco llamado Algodonales,
situado en la falda de la Sierra de Líjar.
Es famoso por sus guitarras. Su cercana Sierra
de Líjar está especialmente indicada para la
práctica del vuelo libre.
A
continuación nos dirigimos a Zahara de la Sierra.
Situada junto al embalse al que da nombre, fue fundada
por los árabes en el siglo VIII y toda la villa
está declarada Monumento Histórico Artístico.
A unos 3 kilómetros, dirección a Grazalema,
un sendero a la derecha conduce hasta la Garganta
Verde, lugar de ensueño donde se encuentra la Ermita de la Garganta, cueva impresionante
con estalactitas y estalagmitas. La visita puede
durar tres horas y merece la pena.
Desde Zahara de la Sierra se asciende al
Puerto de las Palomas. El espectáculo de
este trayecto es indescriptible por la espléndida
vista del Parque Natural de Grazalema. En
su interior se encuentra el “pinsapo”, majestuoso
abeto y auténtica reliquia de la época de las glaciaciones.
El paso por el puerto bien merece también una parada,
con el primer plano del Monte Prieto a la izquierda
y la Serranía de Ronda al fondo.
Grazalema,
una de las principales poblaciones de la zona, aparece
a los pies del visitante abrazada por las Sierra
del Pinar y del Endrinal. Sus estrechas
calles muestran paredes blancas en las que las distintas
"manos de cal" han llegado a redondear
esquinas.
Al día siguiente y después de recobrar fuerzas con
un buen desayuno, en el cual no deben faltar las
tostadas de pan rociadas con el magnífico aceite
de estas tierras, nos dirigimos a El Gastor típica villa serrana de 2.131 habitantes, de blancas
paredes engalanadas de flores que se asoman al recién
nacido río Guadalete. Balcón de los pueblos blancos,
muy cerca de la Serranía de Málaga.
La siguiente población es Setenil de las Bodegas.
Esta localidad es uno de los mejores ejemplos de
adaptación al entorno. Espectacular es la bajada
al centro de la localidad para visitar sus casas-cueva,
excavadas en la roca.
Siguiendo
el camino destaca una bonita población, Alcalá del Valle, de sabor genuinamente andaluz. Aunque
se supone que su fundación se debe a los moros expulsados
de Setenil de las Bodegas, realmente ya por
esta zona tuvieron lugar asentamientos prehistóricos
como así lo confirma el Conjunto
de Dólmenes de la Era Megalítica encontrados
en la Dehesa del Tomillo, cercana a la población,
por la carretera que va a la localidad del Campillo.
Siguiendo por esta carretera nos dirigimos a Olvera.
Pero antes nos desviamos a Torre Alháquime, el
penúltimo destino de esta ruta, e ideal para disfrutar
de unas tranquilas vacaciones.
Por
último y como colofón, se llega a la localidad más
importante de esta ruta: Olvera. Declarada
conjunto Histórico-Artístico en 1.983, la
población emerge como una pirámide blanca
en cuya cúspide se encuentra su Castillo árabe del siglo XII.
Pero el principal monumento de la población
es la propia Olvera. Es necesario recorrer
sus empinadas calles y descubrir los maravillosos
rincones que a cada vuelta esconde. Después de un
pequeño descanso en alguno de los alojamientos que
la ciudad nos ofrece nos disponemos a disfrutar
de la localidad con sus numerosos bares y restaurantes.
Al
día siguiente visitaremos las cercanas localidades
de Pruna y Coripe, municipios de la provincia de Sevilla y pertenecientes a la Denominación de Origen Protegida Sierra de
Cádiz.
Camino de Coripe se encuentra el Peñón
de Zaframagón (declarado paraje natural en 1.998)
aquí se encuentra una importante reserva ecológica,
donde podemos observar la mayor colonia de buitres
leonados de Andalucía.
Disfrutando
de los vuelos de los buitres (no olvidar los prismáticos)
daremos por terminada esta ruta.