El municipio de Priego de Córdoba se encuentra situado en la provincia
de Córdoba.
El Ayuntamiento de Priego de Córdoba tiene 23.563
habitantes. La entrada en Priego viene precedida por los
maravillosos paisajes que la rodean, reseñando
el Pico de la Tiñosa, máxima
altitud de la provincia. Aunque Priego es llamada
"capital del barroco cordobés",
nadie puede dudar de sus orígenes musulmanes,
que bajo el nombre de "Medina Bagu"
le dieron su mayor esplendor, quedando claros testimonios
en su Castillo, su Barrio de la Villa
y el Adarve.
Ejemplos
de la gran importancia del barroco en esta ciudad
son la Iglesia de la Asunción, la Aurora
y la Iglesia de San Francisco (que guarda en
su interior la venerada imagen de Jesús
Nazareno). De la última etapa del barroco
señalamos la Iglesia de las Mercedes
y la Iglesia de las Angustias (1772), de estilo
rococó.
Otros
templos de interés son San Pedro y la
Iglesia del Carmen (s. XVIII), obra de transición
del barroco al neoclásico. En la cúpula
se encuentra la imagen del profeta Elías.
Merece
una visita la Iglesia de San Juan de Dios (del
primer barroco), finales del XVII y principios del
XVIII. En su interior el retablo es del siglo XVIII.
Hoy en día forma parte de una residencia de
ancianos.
En
la arquitectura civil sobresale la barroca Fuente
del Rey (siglo XIX), compuesta de tres estanques
y con la imagen de Neptuno rodeada de más
de 139 caños. Junto a ella destaca la Fuente
de la Salud (siglo XVI), con un amplio frontispicio manierista.
Las dos son Monumento Nacional.
Priego de Córdoba
cuenta con la oferta de varios museos como el Arqueológico,
las exposiciones locales de las Carnicerías
Reales, así como el Museo Casa Natal
de Niceto Alcalá Zamora, sede también
de su patronato y de la Oficina de Turismo. También destaca por su abundancia en casas
solariegas que dan personalidad a la ciudad y sus
más de veinte aldeas. Precisamente en una de
ellas, en Zagrilla, se encuentra la Villa
Turística de la Subbética, o la
de Castil de Campo.
Las
numerosas casas e iglesias fueron construidas por
la riqueza que dejó la pujante industria de
la seda en el siglo XVIII.